Rosario nos comprueba que en la vida no hay más fronteras que las que uno se impone. Nacida en México, inmigró muy joven con sus padres a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. Proveniente de una familia de escasos recursos, sin hablar inglés, sin becas ni subsidios, logró abrirse paso en la competitiva sociedad estadounidense hasta convertirse en la primer mexicana tesorera de Estados Unidos.